jueves, diciembre 18, 2008

Nochebuena

(Aldo Gastón Alvarez Lizama)

Hoy la historia se detiene,
la mente se nos vuela y:
¡A contemplar la Noche.
esa Noche de paz en una gruta!
Allí se queda el alma ante el Misterio.
En un cobijo de bestias y entre pajas
nace el Amor en la Noche Buena.
El Dueño de la historia nace pobre
¡Qué ironía! En silencio nace un Niñ
y de verdad todo duerme en derredor
¡La fría indiferencia de los hombres!
Es bueno festejar esa Pobreza,
pues no lleva a la riqueza de otra historia:
Ese acercarse Dios,
la humanidad dolida, ese decirnos Dios:
Te quiero libre, con esa libertad tan diferente
a la que el hombre cree en su locura.
Y vinieron ángeles del cielo para entonar un himno,
un himno que resuena y acabar no debe:
"Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor".
Dejarse amar es la consigna, por la pureza misma;
dejarse amar por ese Cristo
cuyas huellas quedaron estampadas en la tierra.
¡Cómo sufre el hombre y es tan débil!
Seguirá descubriendo mil maneras de darnos bienestar
¡oh! tan mezquino terminando en tristeza ciertamente.
Ese Cristo y Señor es Alegría
y nos quiere a nosotros siempre alegres
porque el espíritu pide esa alegría.
La Noche de la paz en el silencio
cuando el alma rebosa y agradece
porque llegó la Vida vencida ya la muerte.
El gozo de los hijos que caminan siempre
los ojos puestos en esa cercanía
que nos hace cantar agradecidos.
Feliz Navidad, que Dios nos guarde.


Noche de paz, Noche de amor.

miércoles, diciembre 10, 2008

Todo cambiará

(Aldo Gastón Alvarez Lizama)
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Deslumbrado el hombre camina entre las luces
¡Es tan linda la vida!, pero pasa...
A lo lejos se ven los horizontes,
los oasis de verdor sin espejismos.
La vida es caminar por el desierto
y el justo ve la Fuente que llama a la alegría.
Sin esperanza el hombre tiene asido
un tiempo que se esfuma y va dejando
estela de dolor y de ilusiones, promesas no cumplidas,
en mezquindad la vida...
Entonces ¿dónde voy, por qué he nacido?
¿para quedarme solo en esta tierra?
Se acaba la existencia, el polvo nos espera
y adiós triste materia...
Ciérranse los ojos y el alma ¿está dormida?
El alma ¿donde ha ido?
Y se abrirán los cielos
allí donde su Dueño nos espera para decir gozoso:
Vengan y corran a poseer el Reino,
pues al tener hambre yo en la tierra
y al estar sediento o solo en esa cárcel,
postrado como enfermo
ustedes con amor se me acercaron,
su mano la sentí, cálida sonrisa
llegó con fuerza a mis sentidos.
El asombro en el final será tan grande
porque al pensar en el caído hermano
no lo hicimos buscando recompensa.
Del corazón brotaron esos gestos
doliendo el egoísmo ya sembrado.
La paz de aquel Señor nos llegó plena
por eso le cantamos y elevamos
las notas de música del alma agradecida
cumplido ya el deber.
Ya no hay desierto,
las lágrimas se fueron porque su cielo espera.

lunes, diciembre 01, 2008

El que este sin pecado...


(Aldo Gastón Alvarez Lizama

Es bella la historia de un perdón tan amplio que hoy resuena:
Debía ser apedreada esa mujer sumida en el pecado.
¡Oh, qué dura la ley, duros corazones que al acusarla dicen:
Debe morir sin apelación alguna, ¡lapidarios! "Tú,¿qué dices?"
El Sabio entre los sabios escribió en el suelo ¿la sentencia...?
Sus letras son de amor, por ello dice:
"El que esté sin pecado lance su piedra..."
Mudos quedaron esos "justos" y se fueron yendo.
La mujer de rodillas esperaba la respuesta del Maestro
y ellas de perdón lo fueron. Le vino a manos llenas:
"¿Nadie te ha condenado?"
Tampoco seré yo quien te condene. "Vete en paz y ya no peques".
La acusación de los hombres a raudales brota
como esas aguas turbias que no limpian. ¡A condenar se ha dicho!
¿Y ese pecado personal y propio...? ¡Oh, se oculta!
Dejemos esas piedras, busquemos al hermano.
Nadie puede gozar acariciando contento su pecado.
Sólo busca el perdón para ser otro.
La bondad del Señor abrc a todos.
"Piedad de mi, Señor" dice el publicano en su confianza.
"Señor, Tú me sondeas y me conoces" y ¿dudaré de ?
¿Te miraré con miedo cuando peque?
Postrado caeré para decirte: Perdóname, estoy arrepentido.
Lo haré como el pródigo que vuelve avergonzado.
Los brazos se le abrieron. Dios es un Padre, siempre espera.
¿Por qué los hombres condenamos tanto?
El hermano cae, cae y se levanta porque esperó otro juicio.
"¿Nadie te ha condenado? Vete en paz".
Es el perdón de Dios en abundancia

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