¡Cómo cuesta, Señor, el esperar la Vida!
Nos fuimos desprendiendo de las cosas,
de aquella esclavitud mala y dañina
para fijar los ojos en la Vida.
Tú la ganaste, Tu nos la diste, Jesús,
Tú eres la Vida!
Cambiaste nuestro rumbo y el querer humano
haciéndonos sentir el gozo pleno,
¡ese tu gozo, Señor, oh paz de cielo!
Mi alma se escapa hacia el Amor divino,
ese es mi destino lo pienso con fuerza agradecido.
y agradecido elevo una oración en gozo, enamorada.
Renovada la tierra, cielo claro, grito de esperanza buena.
¡Oh, Vida, Jesús Resucitado, la humanidad te canta!
Inacabable voz en su Aleluya.
Flores y luz y el firmamento
ya no pueden callar y dicen ¡Aleluia!.
¡Oh, Victoria de Amor enardecido buscarte quiero!
Llévame cuando quieras, Jesús mío,
para estar junto a Ti gozando de esa paz perfecta y clara. ¡Gracias!
(Agal )