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Lo eres de verdad, María, al pensar en hijos,
en esos hijos ansiosos de maternal cariño
tú nos sientes a todos como niños
y tus ojos de ¡oh, Madre! resplandecen
y es tan amplio tu manto de pureza
y tan grande y grande tu ternura
nos abres, si no abres tú las puertas
de los cielos ¡oh, en gozo, mis anhelos!
Imaginar la dicha ya no puedo
ni la acogida maternal tan tuya.
Vengan los hijos y que vengan
el Hijo del Amor, sí, sí, los invita
a poseer y poseer la Vida
en banquete de amores, es l a Vida.
Pasen las penas, pasen los pesares
al pisar los umbrales de esa Puerta.
abierta de par en par en alegría.
Eres así, Virgen María:
Puerta y Puerta tú del cielo.
Madre de la Esperanza yo te quiero.
Lo eres de verdad, María, al pensar en hijos,
en esos hijos ansiosos de maternal cariño
tú nos sientes a todos como niños
y tus ojos de ¡oh, Madre! resplandecen
y es tan amplio tu manto de pureza
y tan grande y grande tu ternura
nos abres, si no abres tú las puertas
de los cielos ¡oh, en gozo, mis anhelos!
Imaginar la dicha ya no puedo
ni la acogida maternal tan tuya.
Vengan los hijos y que vengan
el Hijo del Amor, sí, sí, los invita
a poseer y poseer la Vida
en banquete de amores, es l a Vida.
Pasen las penas, pasen los pesares
al pisar los umbrales de esa Puerta.
abierta de par en par en alegría.
Eres así, Virgen María:
Puerta y Puerta tú del cielo.
Madre de la Esperanza yo te quiero.
¿Gracias!