ESA VIRGEN QUIERE CIELO
(Aldo Gastón Alvarez Lizama)
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Por las montañas
María recorría los senderos
prodigando en su ternura
el amor que fue su sueño.
Con Isabel se quedó saboreando hermoso encuentro
y Juan Bautista saltó de puro gozo en su seno.
¿De dónde, pues viene a mi la Madre de mi Señor?
Asombro, gozo y gran paz en ese abrazo de madres.
María espera a Jesús,
Isabel al Precursor en minutos muy de cielo,
henchidos de amor sus pechos.
Esa Virgen quiere cielo de su Dios enamorada.
Es cierto, cierto, y muy cierto
que antes la espada abrirá su corazón de amor lleno,
cual dijera Simeón.
En las Bodas de Caná devuelve alegría a novios
al hacer que ese su Hijo convirtiera el agua en vino.
¡Oh, María, dulce Madre,
hoy subes, subes al cielo
donde la gloria y la paz destilan sólo armonía
y los ángeles te llevan a mirar esos Jardines
donde pétalos de rosa, azucenas y jazmines
te envolverán, Madre mía.
Los justos cómo te esperan
y afinan los instrumentos.
Es tanto y tanto el contento de esa pléyade de santos.
Mucha música en la Fiesta
preparada con esmero para Mamita,
la Virgen: MARÍA,
tu regalo fue Jesús.
Y la Virgen quiere cielo para abrirnos el camino
dejando atrás tantas penas,
las apreturas del alma que se dan en esta tierra.
Sólo te digo, María, tierna Madre
y tan querida, Virgen
y flor florecida en aromas celestiales:
Condúceme, Madre buena,
a los goces de la Vida.
Esa Virgen quiere cielo y nos habla de esperanza,
con María ya se alcanzan las delicias de la Vida y:
Dios te salve, María.
Quiero estar muy junto a ti
en la Ciudad del Encanto
sin tristezas ni quebrantos en esa Patria querida:
Cielo, cielo, todo cielo.
Bajo tu Amparo,
María,
cielo, cielo, sólo cielo.