(Aldo Gaston Alvarez Lizama)
.
Esta tierra ensombrecida, el espíritu se queja
queriendo abandonar la triste realidad del duro suelo.
Siente el peso de la vida
y al ver cómo las almas dejándonos se van derecho hacia tu cielo,
se pregunta:
¿Podré gozar, Señor, de las alturas
alejado ya ese profundo dolor de a veces?
Querer volar buscando libertades
por esos aires de amor
y amor tan deseado con gozo y liberado,
rota la esclavitud de aquesta tierra,
rotas las cadenas con hambre de Infinito.
El alma arrodillada ante el Señor,
Señor Crucificado en soledad
tan solo aquel Amado.
Ese su Amor y Amor tan acendrado enamoró mi espíritu
sacudiendo el peso de las cosas, cosas.
Tantas almas felices van al cielo diciendo su adiós
a este destierro después de dulce y prolongada espera.
Ese desierto en vida
sin agua que mitigue la pena del cansancio,
el alma hecha jirones.
Espíritu nostálgico en sinsabores
vive y anhela los albores
de esa Patria feliz toda justicia.
Habitantes pide el cielo
abiertas en su paz las puertas.
Hay que esperar,es cierto, mas la espera...
La espera de esas mansiones dulces de la Vida.
Oh, gozo y gozo con ese sello del amor divino.
Sólo la Luz y Luz de amanecida dejadas
ya las sombras de la tierra
porque ese Sol alumbrará en la Vida.
¡Felicidad serena!
El alma se quedaba en esos tiempos largos
mirando el Rostro del Señor clavado,
espíritu embobado para volver tan luego a la rutina.
Así sólo te mira y mira agradecido,
en suspirarse lleva y musitando un:
Gracias.
Mas, abre tus puertas, Señor, abre tus puertas
las puertas de tu cielo,pues Tú sabes muy bien,
cómo quisiera estar y con premura.
Perdóname, Señor,
si en mi insistencia,lo que yo quiero es buscar,
buscar esa Ternura,
la Suavidad que dure sin acabar ya más
y en ese Siempre.Señor, Señor y en alegría.
Las alegrías de acá son tan mezquinas
sin dejar en el alma huella alguna,
sólo un pasar fugaz tan loco y loco en desvaríos.
Al presentir, Señor, tu cercanía
espero yo tu voz y voz invitadora en ese:
¡Ahora!Miro hacia el cielo, las puertas son cerradas
¿Por qué Tú no lo dices:
Ábranse sin dilación puertas eternas?
No te olvides, Jesús,
que siempre espero porque mi alma,
Señor ya quiere verte.
Gracias
.
Esta tierra ensombrecida, el espíritu se queja
queriendo abandonar la triste realidad del duro suelo.
Siente el peso de la vida
y al ver cómo las almas dejándonos se van derecho hacia tu cielo,
se pregunta:
¿Podré gozar, Señor, de las alturas
alejado ya ese profundo dolor de a veces?
Querer volar buscando libertades
por esos aires de amor
y amor tan deseado con gozo y liberado,
rota la esclavitud de aquesta tierra,
rotas las cadenas con hambre de Infinito.
El alma arrodillada ante el Señor,
Señor Crucificado en soledad
tan solo aquel Amado.
Ese su Amor y Amor tan acendrado enamoró mi espíritu
sacudiendo el peso de las cosas, cosas.
Tantas almas felices van al cielo diciendo su adiós
a este destierro después de dulce y prolongada espera.
Ese desierto en vida
sin agua que mitigue la pena del cansancio,
el alma hecha jirones.
Espíritu nostálgico en sinsabores
vive y anhela los albores
de esa Patria feliz toda justicia.
Habitantes pide el cielo
abiertas en su paz las puertas.
Hay que esperar,es cierto, mas la espera...
La espera de esas mansiones dulces de la Vida.
Oh, gozo y gozo con ese sello del amor divino.
Sólo la Luz y Luz de amanecida dejadas
ya las sombras de la tierra
porque ese Sol alumbrará en la Vida.
¡Felicidad serena!
El alma se quedaba en esos tiempos largos
mirando el Rostro del Señor clavado,
espíritu embobado para volver tan luego a la rutina.
Así sólo te mira y mira agradecido,
en suspirarse lleva y musitando un:
Gracias.
Mas, abre tus puertas, Señor, abre tus puertas
las puertas de tu cielo,pues Tú sabes muy bien,
cómo quisiera estar y con premura.
Perdóname, Señor,
si en mi insistencia,lo que yo quiero es buscar,
buscar esa Ternura,
la Suavidad que dure sin acabar ya más
y en ese Siempre.Señor, Señor y en alegría.
Las alegrías de acá son tan mezquinas
sin dejar en el alma huella alguna,
sólo un pasar fugaz tan loco y loco en desvaríos.
Al presentir, Señor, tu cercanía
espero yo tu voz y voz invitadora en ese:
¡Ahora!Miro hacia el cielo, las puertas son cerradas
¿Por qué Tú no lo dices:
Ábranse sin dilación puertas eternas?
No te olvides, Jesús,
que siempre espero porque mi alma,
Señor ya quiere verte.
Gracias