(Aldo Gastón Alvarez Lizama)
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En la Fiesta de Cristo Rey del Universo
En la Fiesta de Cristo Rey del Universo
no se sumó el firmamento a esta alegría,
en este lugar, de donde escribo,
y nos mostró cielos nublados.
A Dios gracias los nublados son sólo de este tierra
que a lo mejor, nos quieren hablar de las negruras de la vida
mientras pasamos por este destierro.
Vaya uno a saber...,
mas lindo, muy lindo será
cuando se descorra esa cortina
que nos impide ver el cielo
y más allá del cielo azulado:
el CIELO del amor que nos espera
y parece esconderse a la mirada.
Hoy de los corazones orantes
se elevó un himno
compuesto por el humilde Francisco de Asís:
El canto a las criaturas
que saben dirigir sus canciones más dulces
al Creador de todo cuanto existe.
¡Cómo habrá gozado Francisco
al entonar esta expresión del alma enamorada!
"Señor, Todopoderoso, a Tí la gloria y honor,
pues Tú solo lo mereces del hombre y la Creación".
Después al enumerar a cada criatura concluye:
"Bendito seas, Señor".
Ese sí que fue santo,
el resto vamos luchando contra el mal
y quienes hemos descubierto a Cristo como Hijo de Dios,
Amigo,
caminamos entre gozos y penas,
entre alegrías y llantos,
mas con una esperanza clara y fuerte
anhelando la Vida con esa "pisca" de paz,
pero profunda.
Ella se nos da a veces,
mas El se encarga de decirnos
que no está tan lejos.
Debemos abrazar la vida de la tierra sin temores
y dejar que el espíritu se vaya
a las regiones del Amor perfecto.
¡Oh, Meta sublime y deseable!
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